El término competencia tiene dos acepciones: una es lo opuesto de colaboración y la otra se refiere a ser competentes, a realizar una actividad de forma correcta.
Mediante los juegos podemos enfatizar y potenciar las habilidades de cada persona y descubrir habilidades nuevas.
El juego permite construir un puente entre los aprendizajes que se obtienen jugando y la vida cotidiana.
Así como somos en el juego, somos en la vida. En el juego, es muy fácil y económico equivocarse y volver a comenzar otra ronda, a recuperar una vida. Es la experiencia que nos da el fracaso, la que nos hace mejores, es aprender del error y volver a levantarnos para jugar otra partida.
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