Cada uno de nosotros es un Estratega. No hay que creer que es una exclusividad de los ejecutivos de alto nivel, de los políticos o de los militares. Nacemos con esa capacidad. De chiquitos ya sabemos que tenemos que hacer para conseguir lo que necesitamos. Luego vamos aprendiendo a ser mejores estrategas a medida que se nos va haciendo más difícil lograr nuestro cometido.
Ser Estratega es poder pensar de antemano cuál será el mejor camino para llegar a destino. El camino que nos presente menos obstáculos, que esté alineado con nuestras fortalezas, para el cual tengamos las herramientas apropiadas, el camino que consuma menos recursos.
Ser Estratega es tener un plan antes del plan. Una sensación de que hay un recorrido que nos llevará a nuestro objetivo.
¿Cómo nos convertimos en grandes estrategas? Creo que la respuesta es: Jugando.
El juego nos enseña las mejores jugadas, nos enseña a anticipar, nos enseña a entrar en la cabeza del otro, a predecir sus movimientos, a equivocarnos y volver a intentar. Porque jugar es conversar, negociar, aprender, crear, querer, interactuar, trabajar y crecer.
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